Johann Wolfgang Goethe

"Cuán insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente."

Friday, January 6, 2012

No se trata de lo que hagas, se trata de cómo lo hagas.
No tiene nada que ver con lo que ves; tiene que ver en cómo lo ves.
No se trata de cómo sea tu vida, sino de cómo la vives.
Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.


Es extraño cómo se forman los torbellinos...un vórtice de viento que rápidamente gira en torno a un eje que permanece relativamente estable. Una masa de aire en movimiento surge, debido a la diferencia de velocidad entre dos regiones, generando así mis turbulencias. Dos regiones que filosófica e intelectualmente se conocen como sentido y razón. Sensación dulce y ardiente y razón fría y perseverante.
Como un cañón, un río, un valle, un camino, una vía férrea, un cuerpo de agua o cualquier obstrucción, siempre está ese pasaje estructural que te permite cruzar cualquier obstáculo de tu camino. 


No necesito puentes en vigas, ménsulas, arcos; puentes colgantes o atirantados.
No necesito ningún Golden Gate de 2.737 metros de longitud para vadear esas turbulencias.






  • La pija
  • La creída
  • La empollona
  • La intelectual
  • La culta
  • La lista
  • La listilla
  • La pícara
  • La sincera 
  • La fuerte
  • La dura
  • La controladora
  • La dulce
  • La cariñosa
  • La soberbia
  • La imponente
  • La guapa
  • La flaca
  • La del escote
  • La morena
  • La de las matrículas
  • La pelota
  • La habladora
  • La psicóloga
  • La filósofa
  • La "progre"
  • La rara
  • La friki
  • La educada
  • La elegante
  • La inocente
  • La perspicaz
  • La persuasiva
  • La monja
  • La "mosquita muerta"
  • La manipuladora
  • La delegada
  • La estilista
  • La artística
  • La comprensiva
  • La alegre
  • La feliz
  • La que vive en su mundo
  • La pasota
  • La que se margina
  • La simpática
  • La que no cesa hasta conseguirlo
  • La seca
  • La borde
  • La que todo lo dice y duelen sus verdades
  • La que se quiere demasiado
  • La que mira por encima del hombro
  • La que nunca llora
  • La que escribe
  • La que siempre ayuda 
  • La que lee de forma compulsiva
  • La que no quiere a nadie
  • La que ama
  • La que enamora
  • La encantadora
  • La que se esconde
  • La sentimental
  • La sonriente
  • La que baila sin parar
  • La que no bebe
  • La que parece una borracha
  • La loca 
  • La mejor amiga
  • La peor enemiga


Curioso, cómo, cuando recuerdas todo lo que te han ido llamando a lo largo del tiempo, te das cuenta de que las personas intentan catalogarte para meterte en un grupo y que no salgas de él. Espero que así sientan que me conocen mejor, porque no han estado nunca más lejos de la realidad.
Lo más sencillo y sensato es no hacerlo, puesto que por muchos adjetivos que nos pongamos, todo es relativo y depende de nuestro estado de ánimo. 

Conócete a tí mismo y deja que el resto piense o decida quién eres, dado que nunca descubrirán quién hay dentro y si se acercan, sólo se aproximan al caparazón. Y lo digo con razón.

Adecua tus circunstancias y medita sobre cómo te sientes ahora.

Siento que mi mente ha dado tres o cuatro vueltas de campana y decidido sortearme.
No me ha venido mal del todo. La nuez de mis sentimientos acaba de abrirse sin cascanueces.
Ha sido una mirada la culpable de todo. O no, quién sabe.

  • Diálogo interno:

Esto no se hace
Esto no debes hacerlo
No es bueno para ti
Contrólate o acabarás como el resto, sufriendo sin merecerlo
Ciérrate al mundo.


  • Diálogo externo:


Vive, come, ríe, sonríe, haz lo que desees en cada momento, déjate llevar sin pensar demasiado en los resultados, sino, estás perdiendo el tiempo mientras la vida se convierte en tu sombra. No importa cuan efímero sea, pero deléitate con ese momento.
Ningún científico conocía el resultado cuando empezó a investigar. Y sus primeros experimentos seguramente fueron más que fallidos; pero no se rindió.
Bécquer no sabe ni sabrá jamás el resultado de sus Rimas y Leyendas, cuando las leo y las releo cada mes.
Aún así todos lo hicieron, porque con razón o no, se dejaron llevar por lo que querían hacer en ese instante.

Así es,
el instante es lo que cuenta. Vale más vivirlo y quedarte con la plácida experiencia, que no saber qué hubiese pasado. Incertidumbre, duda; SI. ¿Y qué? No quiero saberlo todo ya.

No cuentes el tiempo que te queda ni el que ha pasado, cuenta los latidos de tu corazón para saber si van al compás o laten como un torbellino invencible.







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