Es curioso como cada día se alza con una nueva mirada.
Aún más curioso es levantarse sola en casa, rodeada de paredes blancas que parece que se estrechan según avanzas entre sus raudales.
Año nuevo, nuevos propósitos y nuevas decisiones... Para mí no ha pasado un año ni ha cambiado nada, sigo siendo la misma y seguiré haciendo lo mismo; es decir, lo que me dé la gana.
Soy la que hace que cada día se convierta en una aventura de lo absurdo; alguien que desearía coger ahora mismo un avión y volar hasta el destino más abandonado de la tierra.
Un lugar donde por supuesto hiciese calor y que el sol quemase suavemente mi piel. -poder respirar-
Subirme a las rocas y lanzarme al agua de cabeza con el cuerpo erguido y bucear hasta que mi respiración necesite oxígeno terrestre. Dormir en la arena, y despertarme viendo amanecer, con los rayos de sol cubriendo mis ojos y observando el reflejo del mar.
La realidad es que después de una hora de boxeo y entrenamiento, ya tengo la adrenalina para zarpar y seguir mi día; haciendo lo que se pretende que haga una estudiante, y no olvidando nunca los pequeños momentos de alegría; sin ellos no habría vida.
Es difícil encontrar mi lugar en un espacio tan inmenso y sugerente; pero si algo tengo claro, es que nadie me puede parar. Caminar, correr, saltar, reír, cantar... energía que nunca cesa; ese es mi eslabón.
Aún más curioso es levantarse sola en casa, rodeada de paredes blancas que parece que se estrechan según avanzas entre sus raudales.
Año nuevo, nuevos propósitos y nuevas decisiones... Para mí no ha pasado un año ni ha cambiado nada, sigo siendo la misma y seguiré haciendo lo mismo; es decir, lo que me dé la gana.
Soy la que hace que cada día se convierta en una aventura de lo absurdo; alguien que desearía coger ahora mismo un avión y volar hasta el destino más abandonado de la tierra.
Un lugar donde por supuesto hiciese calor y que el sol quemase suavemente mi piel. -poder respirar-
Subirme a las rocas y lanzarme al agua de cabeza con el cuerpo erguido y bucear hasta que mi respiración necesite oxígeno terrestre. Dormir en la arena, y despertarme viendo amanecer, con los rayos de sol cubriendo mis ojos y observando el reflejo del mar.
La realidad es que después de una hora de boxeo y entrenamiento, ya tengo la adrenalina para zarpar y seguir mi día; haciendo lo que se pretende que haga una estudiante, y no olvidando nunca los pequeños momentos de alegría; sin ellos no habría vida.
Es difícil encontrar mi lugar en un espacio tan inmenso y sugerente; pero si algo tengo claro, es que nadie me puede parar. Caminar, correr, saltar, reír, cantar... energía que nunca cesa; ese es mi eslabón.
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