Johann Wolfgang Goethe

"Cuán insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente."

Saturday, March 29, 2014

Hacen falta soñadores en los tiempo que corren.
Soñar es gratis, ya me lo decía mi madre cuando le dije por primera vez que quería ser actriz.
¿Vivir de un sueño es a caso posible?
Yo creo que cuando Obama soñó que algún día sería presidente de los Estados Unidos de América, no tenía nada claro que viviría de ello... O cuando Picasso compuso su primer lienzo, ni imaginaba lo que iban a dar se sí sus obras...
Algo tenían en común, eran soñadores, y creían en sus posibilidades, en su talento.
Antes de que algo suceda hay que soñarlo.
Por eso yo sueño, todos los días, sin cerrar los ojos.
Y me veo ahí, en el escenario, dejándome el cuerpo y la voz para traspasar al público lo que siente mi personaje; llorarme el alma si hace falta, o enamorarme hasta la muerte de un Romeo del siglo XXI.
Soñar y querer algo es prácticamente lo mismo; sólo hace falta una intensidad sublime y una constancia insaciable para que realmente logres el resultado.

No dejes nunca que nadie te diga que no puedes soñar y por lo tanto hacer algo: PORQUE SI PUEDES SOÑARLO PUEDES HACERLO. 
Tenemos la costumbre de dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy.
Sé que es un topicazo pero dejarme que os explique.

Hoy podrías llamar a tu abuelo y preguntarle cómo se encuentra, qué está haciendo en este momento, o incluso hacerle una visita sorpresa.

Hoy podrías eliminar de tu vida a esa persona que se ha convertido desde hace tiempo en el peor mejor amigo que podrías tener. 

Hoy podrías dejarle claro a tu madre que no vas a estudiar derecho porque lo que realmente deseas y quieres con todo tu ser es convertirte en una gran actriz, aunque parezca una locura, es la pura verdad. 

Hoy podrías mirarte al espejo y dejar de ver sólo defectos, sino empezar a focalizar todos aquellos aspectos de tu cuerpo que no te habías dado cuenta pero son hermosos y sólo tú los tienes.

Hoy podrías escuchar la canción que te recuerde a un momento feliz de tu vida y cantarla a grito pelao hasta que se te salten las lágrimas inclusive. 

Hoy podrías sacar a tu perro y no quejarte porque te toca a ti: disfruta del paseo

Hoy podrías no maquillarte y sentirte guapa por ser tú, natural, y con inseguridades como todas, pero ¿qué importa el maquillaje? si lo único que hace es ensuciar tu piel; deja que respire por un día. 

Hoy podrías llamar a esa persona que tienes pensado llamar desde hace tanto y no lo haces por dejadez.

Está claro que hoy es un día como otro cualquiera, pero a lo que me refiero es a que lo fácil es dejar que pase el tiempo y no cambiar las cosas que nos hacen menos felices, aunque no nos demos cuenta. Nos basamos en la excusa de que no hay tiempo, pero ¿si no encuentras tiempo para ser más feliz, quién crees que lo hará por ti?



Hace tiempo que dejé de ser perezosa, y me decidí a tomar decisiones, a creer más en mí y olvidarme del que dirán. 
Valorar a los que realmente importan, y echar de tu vida a los que están sobrando desde hace tiempo.

Ser mujer no es fácil, vivimos constreñidas a lo que la sociedad nos impone de forma taxativa. 
Pero ni el rímel, ni las extensiones, ni las dietas milagrosas van a convencerme de que la mujer es un ser magnífico y no necesita ningún complemento a parte de creer en sí misma para comerse el mundo.

Mi mejor complemento es mi sonrisa, y mi mayor arma, arriesgarme, pese al miedo, siempre hay algo inesperado por lo que merece la pena arriesgar.



Ella se levanta con la cara desgastada de tanto -mal vivir-.
Se pone las zapatillas de terciopelo con rayas de andar por casa y se dirige recta por el pasillo hacia la cocina, a encender la máquina de café.
Su pelo alborotado denota que ha sido una noche "movidita", la calma no reinaba en su cabeza. Vueltas y vueltas en el colchón, y las sábanas acabaron saliéndose de sus esquinas.
Suena la última gota de café cayendo al fondo de la taza, y ella la coge con sus dos manos secas, descuidadas.
Le echa cinco comprimidos de sacarina y a sorbitos lo saborea, mientras se apoya contra la encimera y mira al frente sin pensar, con un sabor agridulce en su cabeza.




Al lavarse la cara con agua congelada, se seca con la toalla y se mira en el espejo, contemplando semejante esperpento.
¿Qué va a hacer con esas ojeras que le persiguen hasta la saciedad?
Coge sus "utensilios salvavidas" y comienza el emperifolle.

Se enfunda en los primeros vaqueros que salen del armario, y tras un planchado rápido de pelo, ya está lista para "disfrutar", del día que Dios le ha dado.




Monday, March 3, 2014

Y de repente todo se detiene. Vuelvo a sentir de nuevo ese afán en mi cuerpo.
Te acaricio con modestia, descubriendo tu cuerpo, tus formas, tu perfección.
Con las yemas de los dedos dibujo las comisuras de tus labios, carnosos, suaves, sedosos. 
Tus ojos, dos mares cristalinos; tus pestañas arqueadas; tu nariz, tan perfecta. 
Tu pelo alborotado, fino y delicado.
Tu espalda, ancha y fornida; la voy masajeando, poco a poco, con ternura. Me poso en ella, y escucho los latidos de tu corazón; se acelera. 
Te estrecho entre mis brazos y no dices nada; pero nos miramos.
Sobran las palabras; si llegara un huracán, tú y yo nos quedaríamos ahí, quietos, mirándonos, manteniendo el peso y ocultando de alguna manera, el deseo que nos corroe. 


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