On my mind

¿Enemigos? No, sólo son conocidos. 
Llegar a clase y que te miren como si fueses de Marte es algo habitual, para qué engañarme, no compagino con ellos; ¿y qué? Ni que hubiese manadas en la universidad.


-¿Me dejas copiarte?
-Si y si quieres te doy mi número de móvil también cariño.


Si no te lo sabes, no pasa nada, algún día te darás cuenta de que lo que no has hecho ayer, hoy tiene sentido que lo hagas y no que pidas limosna. 


Dicen que soy sincera; sinceramente, no saben lo que dicen. Digo lo que pienso pero eso no es sinceridad es verdad (desde mi punto de vista). Sincera sería si te contase mi vida, pero creo que no merezco que me escuche nadie ya que me basto yo sola para sentir mis sinceridades.


Cuanto menos quieres que te presten atención, más atención recibes; ¿qué hago para que mi esencia asombre tanto a las personas que me rodean? Un buen consejo que me doy, pensar que en realidad sólo quieren que les ayude. Que les suba el autoestima de la que escasean y que les resuma lo que va a caer en el examen porque se sienten inseguros después de semanas estudiando...
No creo que sirva de nada tenerle miedo a una hoja con veinte preguntas; si no conoces la respuesta, mírala al salir, y la próxima vez no te pillarán. O sí. 
La vida no está hecha para tener miedo de lo que te enseñan.
Nadie puede sabérselo todo, y menos si no confía en lo que sabe.
Que por poco que sea, vale más que saber de todo un poco.
El único miedo que tengo es a la soledad, por lo demás, estoy tranquila. Esto es un desafío contra tí mismo, así que piensa en lo que quieres y atrápalo rápido que no va a estar esperándote.


Hubo un tiempo en el que me dejé llevar por la melancolía y dejé de creer que las mañanas eran un regalo, y que las noches son apasionantes. Me decía a mí misma que todo era monotonía de estudios y relaciones sociales la mayoría sin sentido; sólo para pasar el rato. Me cubría de libros para vivirlos desde mi almohada. 

Luego me di cuenta de que todo depende de cómo lo veas. Si cada mañana aprecias lo que ves y esperas que ocurran cosas dispares, eso es lo que sucederá. Días atípicos, experiencias cautivantes y sobre todo, pasión por la alegría de sentir y observar lo que te rodea.
Nada más y nada menos que una ciudad llena de actividades excitantes.
Excítate por cada cosa que hagas y lo que no hagas y desees hacerlo, no olvides que deseas hacerlo.
Las peores decisiones que he tomado han sido las que más me han aportado. 
Hacer las cosas bien a la primera es de tontos. Equivocarse es un arte.