Johann Wolfgang Goethe

"Cuán insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente."

Sunday, February 5, 2012

No me importan los obstáculos, mi objetivo eres tú.

Hoy me ha sido más fácil sonreír que decir por qué estoy compungida.

Sonreír no significa que siempre esté feliz, sino que soy fuerte; mi talón de Aquiles lo exterioricé anoche.

Colisionando contra el muro, a diez mil kilómetros por hora, sin pararme a pensar, se cumplió el dolo. Dolo sin premeditación, consecuente del miedo que tanto me oprime y no me deja disfrutar de ti.

No hay más que eso, miedo a la revolución de sentimientos que acontece y yo me veo involucrada hasta el precipicio y desde el principio.

Si chocar duele, más duele el llanto frustrado y lo no conversado.

Miedo de volver a despojarme del chaleco anti-balas, miedo de que actúes en mis sueños, miedo de saber que puedes hacer que el agua surque mi lagrimal con sólo quitarme la palabra.

Cuando dormía, tu mirada iluminaba mi condena. Siento tanto miedo cuando estás cerca... mi salida es evadirlo, de cualquiera de las formas que estén a mi alcance. Sólo cuando mi mente no está en sus cabales, ese miedo se esfuma, y me deja libre de sopesar. Es en ese momento, cuando ya no controlas tus sentidos y ya no puedes ir atrás; Ese es el momento, en el que te das cuenta de que has hecho el imbécil. Delante mía se cierne quien pinta con caricias mis sonrisas; y la duda vuelve a encarcelarme. Y me libero con la peor de las fórmulas. 

Intento alejarme, a sabiendas del deseo que llevo dentro; intento no sentir, a sabiendas de que eso ya es tan imposible como olvidar el mejor de tus recuerdos. Errar es de humanos, y más cuando no usan la razón, y no escuchan a su instinto.

Sólo si de verdad sientes lo que yo, tolerarás cada error que cometa, y me tratarás bien cuando yo no lo haga.

En silencio, 

grito sin voz, 
despierta e imperfecta, 
me siento aire en una bombona atrapada.

Si como dejo claro en este escrito, mi objetivo eres tú, el miedo ha de irse ya.

Estos treinta y seis días han extenuado mis fuerzas de protección, así es que, tú decides, ¿querer o no querer?; yo acabo de elegir. 


No volveré a quererte de nuevo a escondidas. 






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