Pienso en aquella vez que creí estar enamorada...
Tumbada horas y horas en aquella cama sola.
Sucumbiendo al frío de la soledad.
En estos tiempos, el amor viene y va,
cuando todo está perdido,
todo se puede arreglar.
Gritos de pasión herida,
un móvil que no responde,
como única despedida.
Me sacude la monotonía de tantas decepciones.
De repente, me doy cuenta
de que nada es para siempre,
que el amor sólo vuelve, cuando siente que llegó el momento.
Luces de locura,
alumbran mi habitación.
Sólo me queda esperar,
jugar con la soledad a oscuras.
Volveré a levantarme como si nada hubiese ocurrido,
sin lamentar siquiera lo vivido,
y fingiendo seguir queriendo.
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