Mi contradicción, todo aquello que no sé cómo interpretar ni cómo encauzar, eso eres TÚ.
Asfixiada en este sótano de soledad, acompañada de tu dulce ausencia y súbita partida, me despido, pues aquí no estaré cuando decidas volver.
No quiero saber a dónde han ido a parar tus sentimientos, ni a dónde han ido a parar tus labios, que antes me pertenecían.
Sólo haré una cosa: No hacer nada.
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